La Universidad Nacional Autónoma de Honduras, a través de la Facultad de Ciencias Sociales; el Departamento y Carrera de Historia; la Maestría en Historia Social y Cultural; la Coordinación General de Posgrados de Ciencias Sociales y la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO- Honduras), convocan al XVI Congreso Centroamericano de Historia, evento a desarrollarse en la Ciudad Universitaria, Tegucigalpa, en los días 22 al 26 de julio del 2024.
Este Congreso es un espacio académico, creado desde 1992 por y para historiadores e historiadoras, cientistas sociales y de las humanidades que se dedican a la investigación histórica de Centroamérica; está dirigido a docentes, investigadores, estudiantes y público en general, para que participen en una diversidad de mesas temáticas donde se presentarán los resultados de investigaciones mediante conferencias, ponencias, presentaciones de libros o revistas, paneles y foros de discusión, u otro formato, en el cual se contribuye a renovar o actualizar la historiografía centroamericana.
Invitación a Presentación de los Libros
PROGRAMA XVI CONGRESO CENTROAMERICANO DE HISTORIA 2024
Presentación de Libros
Los rasgos que caracterizaron las prácticas y la cultura política de Honduras durante la primera mitad del siglo xx —y que se resisten a desaparecer— han sido la persistencia del continuismo y la naturaleza caudillista y personalista de las agrupaciones políticas, pese a la aparente modernidad introducida en el ordenamiento jurídico.
En un contexto donde los partidos políticos estaban poco estructurados, es entendible que la organización de las campañas electorales descansara en los clubes políticos, y que la prensa partidaria tuviera un lugar central como generadora de opinión, pero también de gestión del voto y de espacios de competencia política.
Considerando lo anterior, el período en que se inserta esta obra se extiende entre dos momentos claves en la historia de los procesos electorales en Honduras: desde el cambio del voto público al voto secreto, con la promulgación de la Constitución de 1894, hasta mediados de la década de 1950, cuando se aprobó el sufragio femenino, que abrió la posibilidad de avanzar hacia el voto universal.
Xiomara Avendaño Rojas y Guillermo Fernández Ampié (eds), Soberanías en disputa. El Trienio Constitucional en el Reino de Guatemala, 1820-1823, Sílex Ultramar, Madrid, 2024.
Este libro, constituido por siete capítulos, aborda desde perspectivas novedosas la compleja institucionalidad establecida durante el Trienio Liberal en Centroamérica, e incursiona en temas sociales tradicionalmente omitidos por la historiografía. Los estudios muestran un escenario de fragmentación del poder en diversos niveles; entre las antiguas provincias y el centro político, la ciudad de Guatemala, y al interior de cada territorio. La disputa en Guatemala, Honduras y Nicaragua la encabezaron las élites de comerciantes y hacendados, quienes tuvieron que maniobrar con los poderes locales controlados por mestizos, mulatos e indígenas. En ese contexto, Costa Rica muestra una particularidad: los militares coparon tanto cargos municipales como provinciales. Por otra parte, la obra expone una conflictiva disputa por las tierras en los pueblos indígenas bajo un marco jurídico en el que confluyen normas nuevas y antiguas. Además, se devela la influencia internacional para la eliminación gradual de la esclavitud; pero en la Asamblea Constituyente de la América Central, desarrollada entre 1823 y 1824, se discutió y aprobó su abolición en consonancia por otras propuestas continentales.
Arturo Taracena Arriola (ed.), La Nación postergada. La República Federal de Centro América (1823-1838), Sílex Ultramar, Madrid, 2024.
El presente libro aporta una nueva mirada sobre los trece años que duró el experimento federalista de hacer de Centroamérica un país soberano, inmediatamente después de la declaración de la independencia absoluta del antiguo Reino de Guatemala en 1823. Un tiempo corto en el que los próceres centroamericanos buscaron inventar una nación que guardase la unidad política del istmo frente a las presiones territoriales de México y Colombia, y coloniales de Gran Bretaña. Al mismo tiempo, ante la disyuntiva de si la mejor forma de gobierno del recién adoptado sistema republicano debía de ser federal o centralista, estos intentaron contrarrestar las dinámicas disgregadoras de los regionalismos heredados del Antiguo Régimen y potenciados tanto por el precepto gaditano de que la soberanía radicaba en los pueblos y ayuntamientos. Una república cuya base estaba en su importancia geopolítica como paso interoceánico e intercontinental, y su debilidad en la falta de control real de su costa caribeña en pleno desarrollo de la disputa en América entre las potencias imperialistas europeas y el reclamo de Estados Unidos a partir de la Doctrina Monroe de “América para los americanos” frente al pragmatismo de la diplomacia británica en torno a la viabilidad de la novel República Federal de Centroamérica (1824-1838).